El origen del Día Internacional del Paramédico, data del 24 de junio 1859 durante la batalla de Solferino, en la cual Henri Dunant –fundador de la Cruz Roja- y un grupo de voluntarios contribuyeron a dar alivio a los soldados heridos, cambiando de esta manera la suerte de los vulnerables y mitigando el sufrimiento humano.
En conmemoración a este episodio, fue que se decidió celebrar cada 24 de junio el Día Internacional del Paramédico, en honor de la importante labor que prestan todos los paramédicos y socorristas a las víctimas de emergencias médicas cotidianas, los conflictos armados y los desastres naturales.